Cuba: (1959-2009) La revolución deseada y condenada, pero viva...

La herencia que la revolución cubana nos dejó en América Latina es un escenario de opiniones encontradas. Unas la apoyan; otras la condenan con el argumento casi demoledor de que para combatir a una dictadura no era necesario instaurar otra.
¡Cuánta razón reside en esa idea! Pero también es importante comprender que los procesos históricos (cuyo gatillo es siempre la política) nunca serán sencillos como cuando prendemos o apagamos un interruptor.
Una revolución, por su carácter histórico, nunca será una reforma a regañadientes o un cambio político radical que, mucho menos, puede presumirse de pacífico.
En el caso de Cuba, en 1959, se combatió a una dictadura cruel porque las condiciones históricas y sociales estaban «acordes» para que ello sucediera. Y, a renglón seguido, se instauró otra que aún restringe las libertades de prensa, de información y de expresión.
Esto ocurre porque Cuba “aún se encuentra en guerra contra Estados Unidos”, país que “apuesta al desgaste” político de la Isla. Por esta razón, Gringolandia ha decidido no invadirla, tal como lo hizo con Irak o Afganistán, según me lo contó el periodista cubano Luis Sexto, hace un par de años.
La ofensiva estadounidense contra Cuba ha sido el bloqueo económico, impuesto en 1962, y según reporta la agencia EFE, las pérdidas económicas en Cuba ascienden a los 93.000 millones de dólares.
Además, Cuba tampoco representa un peligro terrorista frente a algunos países de Oriente Medio como para hacerle saltar de la silla presidencial a George W. Bush, víctima de una preocupación severa.
Lo cierto es que desde hace 50 años, el país se convirtió en la piedra del zapato para Estados Unidos, y también en el símbolo de una derrota que a todo GRANDE le incomoda. Esos criterios caminan sobre la mesa del debate, luego de 50 años de la revolución cubana.
En América Latina, los ejemplos de cómo la pasión política se antepuso a la razón histórica (ignorando las condiciones sociales) que trataron de imitar la revolución cubana dejaron consecuencias rojas de un negro vacío en las familias, que hasta el día de hoy arrastra generaciones enteras.
Foto:Tomada del diario La Razón-Lpz Bol.
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